Entendemos como “funcionamiento cognitivo” o “control ejecutivo” a una serie de mecanismos implicados en la optimización de los procesos cognitivos para orientarlos hacia la resolución de situaciones complejas o novedosas. En este sentido, las funciones ejecutivas, se refieren a los procesos cognitivos implicados en el control consciente de las conductas y los pensamientos (Tirapu, Ríos y Maestú, 2011). Algunos componentes integrados en estos procesos son:
- Memoria de trabajo (almacenar y manipular temporalmente una información para la realización de tareas cognitivas complejas, como la comprensión del lenguaje, las matemáticas, el aprendizaje o el razonamiento)
- Capacidades implicadas en la formulación de metas.
- Planificación y toma de decisiones.
- Anticipación de conducta y respuesta.
- Autorregulación.
- Ejecución de conductas.
- Control de impulsos.
Todos estos procesos cognitivos, conforman una de las principales funciones de los lóbulos frontales de nuestro cerebro. Son aquellas funciones, y expresado de manera coloquial, que diferencian la madurez en el desarrollo de los problemas, la resolución de conflictos y la toma de decisiones en un adulto, de la madurez en estos procesos de un niño.
¿Listos para trabajar nuestras funciones ejecutivas?