Diagnóstico de la Esclerosis Múltiple
Glosario
El diagnóstico de la Esclerosis Múltiple es muy complejo y suele requerir un cierto tiempo.
Actualmente para el diagnóstico de la esclerosis múltiple se siguen los criterios de McDonald de 2010, revisados y actualizados en 2017. Según estos criterios, para llegar al diagnóstico de EM es necesario:
- Que existan pruebas objetivas de al menos dos áreas de pérdida de mielina, o lesiones de desmielinización, que aparezcan en dos zonas neurológicas distintas. A esto se le conoce como diseminación de espacio.
- Que los daños se hayan producido separadas en el tiempo, con al menos un mes de diferencia entre la apración de ambas lesiones, conocido como diseminación en tiempo.
- Que se hayan descartado objetivamente el resto de enfermedades que pueden causar síntomas neurológicos similares.
Con los criterios de Criterio de McDonald se consigue establecer un diagnóstico más temprano de la patología. Sin embargo, pueden tardarse meses en obtener dicho diagnóstico, ya que en ocasiones, las pruebas se deben repetir varias veces para poder reunir la información necesaria en las distintas zonas y en distintos momentos. Todo ello sin contar con que, si el afectado/a acude a la consulta con un brote, al remitir éste sin un diagnóstico establecido, a veces pasan años hasta que se presentan otros síntomas u otro ataque que permite confirmar que se padece la enfermedad.
Para confirmar el diagnóstico de la Esclerosis Múltiple se necesitan dos tipologías de pruebas:
- El examen físico
- Pruebas diagnósticas
– Examen físico
Cuando el afectado se presenta en la consulta médica con síntomas compatibles con la Esclerosis Múltiple, que no se explican a priori por otras causas, el procedimiento habitual es elaborar una historia clínica detallada, que incluya todos los síntomas de la persona, tanto pasados como presentes. El médico realizará una serie de exámenes físicos para comprobar si existen signos que puedan explicar los síntomas o señalen la existencia de una enfermedad que podría ser desconocida para la persona.
Los signos no son lo mismo que los síntomas. Los signos son señales de la enfermedad que son objetivamente determinadas por un médico. Algunos signos pueden explicar los síntomas de una persona, pero otros no tienen un síntoma asociado.
Entre los signos más comunes que puede detectar el médico durante un examen físico y que pueden señalar anomalías neurológicas, están:
- Un movimiento ocular alterado y una reacción anormal de las pupilas, que podría revelar alteraciones del nervio óptico.
- Cambios sutiles en el habla como enlentecidimiento o dificultad en la articulación de las palabras.
- Alteración de los reflejos que podían verse disminuidos o, por el contrario, exaltados.
- Problemas de coordinación.
- Alteraciones sensoriales, tanto de la sensibilidad superficial como profunda.
- Alteraciones musculares como espasticidad o debilidad en los brazos o piernas.
– Pruebas diagnósticas
El examen físico se complementa con pruebas diagnósticas y de laboratorio.
- Resonancia Magnética (RM): Es la prueba más determinante, capaz de detectar placas o cicatrices que podrían estar causadas por la Esclerosis Múltiple. La RM permite obtener de forma no invasiva imágenes muy precisas del sistema nervioso central (SNC) y ha supuesto un avance clave en el diagnóstico de esta enfermedad neurodegenerativa. Se trata de un procedimiento de exploración muy sensible que puede detectar lesiones que pasarían inadvertidas con un escáner.
- Potenciales evocados: Se utilizan estímulos sensitivos (visuales, auditivos o táctiles eléctricos) y se registran las respuestas cerebrales que éstos provocan, valorando así la integridad de las vías sensitivas estimuladas. Para el diagnóstico de la EM suelen utilizarse los potenciales evocados que valoran la función ocular.
- Punción lumbar: Mediante la punción lumbar se extrae el líquido cefalorraquídeo que se examina con el fin de detectar los niveles de ciertas proteínas del sistema inmunológico y la presencia de anticuerpos llamados «bandas oligloconales». Estas bandas indican una respuesta inmune en el SNC y se encuentran en un 90% de las personas con EM.
- Análisis de sangre: No existe ningún marcador bioquímico específico que indique el diagnóstico de la EM pero se realizan para descartar otras enfermedades que puedan ser causantes de síntomas neurológicos similares a los de la EM.
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