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¿Qué es la Esclerosis Múltiple?

¿Qué es la esclerosis múltiple?

La EM es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al Sistema Nervioso Central (cerebro y médula espinal).

En la EM se producen unas placas de inflamación que conllevan el deterioro de la capa aislante (mielina) de las fibras nerviosas, que transportan los mensajes del cerebro (impulsos nerviosos) a lo largo de la médula espinal y viceversa. Allí donde la mielina es atacada, se forma un tejido cicatrizal. De ahí el nombre de «esclerosis».

Esta desmielinización perturba la transmisión de los impulsos a lo largo de las fibras nerviosas, causando los síntomas de la esclerosis múltiple. Estos últimos varían según la zona afectada del cerebro o de la médula espinal. He aquí algunos de ellos:

Debilidad, hormigueo, pesadez o malestar, falta de coordinación, pérdida de equilibrio, temblores, cansancio, alteraciones sensitivas, etc…                  

En la mayoría de los casos, la alteración de estas funciones no se produce de forma aislada, sino que los síntomas de cada persona con EM se pueden presentar con distintas combinaciones y en distintos grados de afectación. De ahí, que se la conozca como «la enfermedad de las mil caras».

Estructura Microscópica

Las células más importantes que encontramos en el SNC son las neuronas. Estas células tienen la capacidad de transmitir impulsos eléctricos de unas a otras. Estos impulsos pasan de unas neuronas a otras hasta que llegan a una neurona efectora final. En el caso de una neurona motora, por ejemplo, este impulso se transmitirá finalmente a las células de los músculos, produciendo una contracción muscular y, por consiguiente, movimiento.

¿Cuál es la causa de la enfermedad?

A día de hoy la causa de la EM es desconocida. Todas las investigaciones apuntan a que la EM es una enfermedad autoinmune, esto quiere decir que nuestras propias defensas se alteran y atacan a una parte de nuestro organismo; en este caso, el Sistema Nervioso Central (SNC).

¿Cuál es el desencadenante de esta respuesta alterada de nuestra inmunidad?  No podemos afirmarlo con seguridad, pero la hipótesis más aceptada es que se deba al ataque de uno o varios agentes infecciosos, posiblemente virus. Según esta hipótesis, determinadas partículas del virus o agente infeccioso podrían ser similares a algún componente del sistema nervioso y podrían generar una respuesta inmune contra éste. Existe un tipo de linfocitos (que son una de las células más importantes de nuestro sistema inmune) que tienen capacidad para «archivar» en su memoria partes de los virus a los que se han enfrentado, de forma que, si vuelven a toparse con él, pueden desencadenar una respuesta inmediata. Imaginemos que una de esas partículas virales que el linfocito tiene archivada en su memoria es igual a un componente del SNC. Si ese linfocito se encuentra, por la razón que sea, con ese componente, desencadenará una respuesta inmune igual que si se encontrara con el propio virus.

Sin embargo, este proceso en condiciones normales no debería ocurrir, ya que nuestro sistema inmune tiene previstos mecanismos autosupresores que impiden estas respuestas anómalas. Probablemente, son estos mecanismos los que fallan en la EM.

¿Cuándo empieza la EM?

Con esta pregunta no nos referimos a cuando empieza el paciente a notar los síntomas de la enfermedad, pues ese momento suele ser evidente. Sin embargo, sabemos que el proceso comienza antes de que se produzca el primer brote, de forma que cuando una persona presenta la sintomatología, en la Resonancia Magnética es frecuente encontrar otras lesiones más antiguas que han cursado sin síntomas.

¿Por qué una persona adquiere una EM (y otras no)?

Aunque la EM no es una enfermedad hereditaria (es decir, no es una enfermedad que se herede de padres a hijos siguiendo un patrón de herencia reconocible), es un hecho indiscutible hoy en día que la carga genética tiene una gran influencia en la probabilidad de tener una EM. Quizás la forma más sencilla de explicación es que no se hereda la enfermedad sino la probabilidad de padecerla.

Por un lado, sabemos que existen diferencias geográficas y raciales en cuanto a la frecuencia con que aparece la enfermedad. Las primeras podrían ser explicadas por razones genéticas o ambientales, pero no así las segundas, ya que aunque convivan distintas razas en una misma región, la frecuencia de la enfermedad varía de unas a otras. La EM es más frecuente en la raza blanca caucasiana que en la raza negra y es muy infrecuente en orientales.

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